Entender, diseñar, crear y sostener

Empresario mexicano enfocado en crear tecnología avanzada al servicio del bienestar de los humanos sin descuidar la naturaleza
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Acerca de mí

Nací en la Ciudad de México en 1993. Desde pequeño pasaba mucho tiempo en el ordenador hasta que con ayuda de un libro de mi papá me di a la tarea de aprender a crear mis propios programas. Con el divorcio de mis padres, me hice consciente del dinero y comencé a desarrollar y vender páginas de internet para pequeños negocios. La mamá de una amiga del bachillerato me presentó a quien sería mi primera socia, veinticinco años mayor que yo, cuando tenía 14 años. Juntos fundamos Crabapps en 2008, que fue una de las primeras editoriales digitales en español. Publicamos decenas de libros de autores iberoamericanos en forma de aplicación de iPhone con ventas en todo Latinoamérica, Estados Unidos y España.

Después de eso, estudié tres semestres de medicina en el Tec de Monterrey, hasta que, con ayuda de mi director de carrera, me di cuenta que lo mío era ser empresario de tecnología y ciencia aplicada. Dejé la carrera y fundé, junto con mi mejor amigo, Green Light Innovation que se dedicaría a la creación de apps para iPhone y Android, sobre todo en el área del transporte y la ingeniería civil.

Posteriormente, me fui a vivir a Lima por dos años, donde fungí como director de tecnología de Online Studio Productions y donde fundé, junto con dos de mis amigas más longevas, una escuela de programación de iOS dentro del Instituto San Agustín y algunos cursos dentro de la Universidad San Ignacio Loyola. Estoy seguro que fui el primero en enseñar el lenguaje de programación Swift en Perú, ya que di el curso unos días después de que regresé de San Francisco, donde lo anunciaron en la WWDC de Apple.

Por influencia de mi mamá, regresé a México a estudiar medicina un semestre más, ahora con 20 años. En el proceso, conocí a Victor Chapela, que me invitó a ser el segundo desarrollador de su startup Suggestic, basada en Palo Alto, donde fungí como el desarrollador de la app de iOS y unos años más tarde, regresé a desarrollar la funcionalidad de realidad aumentada. En Suggestic conocí a Ricardo Corral, quien me introdujo a la inteligencia artificial, la cual me apasionó de tal forma, que decidí volver a dejar la medicina para dedicarme a ella de lleno. Suggestic dejó de dedicarse a la inteligencia artificial aplicada a la nutrición para la prevención de diabetes tipo II y como esa era la razón por la que quería trabajar ahí, le agradecí a Victor por todo lo que aprendí de él y acepté la invitación de Joseph Grimberg a ser el director de tecnología de la empresa colombiana Creative Med, que desarrolla aplicaciones para educación al paciente con vídeos y modelos tridimensionales. Durante mi tiempo ahí, volví al Tec de Monterrey a estudiar mecatrónica. Con otra alumna, fundé una startup en mi tiempo libre de transporte privado de punto a punto con minivans que utilizaba inteligencia artificial para optimizar los trayectos y permitir el acceso con reconocimiento facial, llamada Fika.

No vivo con mis padres desde los 18 años, por lo que para complementar mi sueldo, comencé a dar consultoría de innovación en corporativos de Santa Fe, clases privadas de inteligencia artificial y desarrollé una aplicación para niñeras a domicilio, para una empresa de Sunnyvale, California llamada Nauroo.

Un atentado contra mi vida durante una fiesta de compromiso de unos amigos, me envío al hospital por tres semanas. Gracias al Dr. Galván, el Dr. Chaires y el Dr. Cárdenas, quienes salvaron mi vida de una hemorragia cerebral sin más consecuencia que unas cuantas placas de titanio en mi cara, puedo hoy contar esta historia. Atemorizado de que, quien sea que lo haya hecho, lo volviese a intentar, decidí aceptar un trabajo en SAP en California y mudarme a Estados Unidos. Estuve yendo a reuniones de tecnología en Google, Stanford, me vi completos decenas de cursos, libros, artículos y todo lo que me encontré para aprender inteligencia artificial nivel Silicon Valley.

Eventualmente, me volvió a contactar José Antonio Tena, quien había sido el director de producto de Suggestic y me invitó a ser socio y director de tecnología de Piktia, una empresa mexicana que utilizaba inteligencia artificial para crear álbumes de fotos impresos personalizados. Cuando levantamos la ronda semilla, viendo que se habían calmado las aguas, decidí volver a México.

En mi tiempo libre, estuve de mentor en la empresa de unos amigos de mi hermano, llamada Dagus, que proporcionaba guías escritas por los mismos alumnos de bachillerato para ayudar a aprobar los exámenes. Le enseñé a programar full stack y móvil a un grupo de 15 alumnos de bachillerato de la Salle para que pudieran construir la plataforma, de los cuales uno de ellos es ahora el director del laboratorio de aplicaciones móviles de la Universidad Panamericana y otro estudió computer science en Stanford.

Un fin de semana que no había nadie disponible para salir de fiesta, me inscribí a un Startup Weekend que me llamó la atención porque su vertical era fashion tech y siempre he sido apasionado de la moda. Cuando era adolescente estaba enamorado de Cher Horowitz de la película Clueless. Cuando llegó el momento de presentar una idea de startup, me vino a la mente el armario virtual que tiene al inicio del filme donde puede ver toda la ropa que tiene y seleccionar outfits en el ordenador. Con mi conocimiento recientemente adquirido de deep learning, se me hizo lógico que se podía utilizar una YOLO o una SSD para detectar la ropa y una graph neural network para generar los outfits. Dos chicas de Aguascalientes quisieron estar en mi equipo y creamos Oli Fashion House en un fin de semana y ganamos el concurso.

Siempre he sido muy curioso y me encanta crear cosas, por lo que en ese tiempo me empecé a interesar en los drones. Me llamaba mucho la atención la idea de entregas inter-ciudad de alta velocidad y quería construir un quadcóptero self-driving con la técnica de SLAM. En noviembre de 2016, decidí meter todas mis cosas en una maleta e irme a Bruselas a diseñarlo. Estuve el tiempo permitido con la visa Schengen y desarrollé toda la versión de Android de Piktia estando allá.

Cuando regresé, seguía de director de tecnología de Piktia a tiempo completo y de mentor en Dagus y Oli en mi tiempo libre. Me mudé un tiempo a Aguascalientes para poder trabajar con mis socias de Oli los fines de semana que no estaba en Piktia, hasta que me robaron mi ordenador y regresé a la Ciudad de México. A Dagus se unió un socio llamado Diego Font que vio gran oportunidad en la inteligencia artificial y la empresa se transformó en una consultora de ello llamada Quarkma, aprovechando el talento de los chicos de la Salle que había entrenado.

Eventualmente conocí una periodista española con la que tenía planes de casarme y nos fuimos a vivir juntos a Madrid, por lo que tristemente tuve que dejar Piktia, Oli y Quarkma para entrar en una empresa española que me diera la visa de trabajo. Después de unos meses de vivir juntos, lo dejé con la chica, pero Alejandro, quien ahora es mi socio en Erudit y yo, nos hicimos como hermanos.

Hoy en día estoy en Madrid a tiempo completo en Erudit, donde llevo 5 años ya. Hemos levantado hasta la serie A y nos dedicamos a ser el equipo de tecnología e innovación que no tienen los departamentos de recursos humanos, pero necesitan profundamente. Lorena Sánchez, que también era COO en Piktia, está de COO en Erudit y con el talento de ella y Alejandro hemos creado una serie de soluciones guapísimas para la experiencia del empleado.

Otra de mis grandes pasiones es la política pública, la que conocí gracias a que la embajada del Reino Unido en México me invitó a viajar a Londres con una misión de expertos en inteligencia artificial para desarrollar la agenda nacional. En ese viaje conocí a Constanza Gómez-Mont, con la que posteriormente fundaría IA2030MX y junto con los demás expertos redactaríamos dicho documento. Otro de los miembros, Enrique Zapata, me invitó unos años más tarde a participar en un proyecto más grande en el Banco de Desarrollo de América Latina para escribir un capítulo del libro Experiencia IA sobre infraestructuras de datos para uso de inteligencia artificial en el sector público.

Asimismo, en mi tiempo libre, doy mentoría en la Aceleradora MentorDay de Tenerife donde una vez al mes, durante dos horas, aconsejo a emprendedores sobre tecnología, marketing, inversión, recursos humanos, ventas y cualquier problema que tengan. También soy mentor en Cybertiks, un SaaS para agricultura utilizando inteligencia artificial e imágenes satelitales para monitoreo de agua, nutrientes, captura de carbono y el crecimiento de las plantas creado por uno de mis mejores alumnos que ahora es todo un crack en full stack e inteligencia artificial.

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